lunes, 22 de septiembre de 2014

GRIS

Caminaron juntos
opacados por ese mar gris,
tan gris, que los años
pesaron dos vidas.
Las manos viejas se cruzaron
en la búsqueda ciega
de sentirse acompañados.
Como un vidrio sucio,
el cielo,
prometía desplomarse
gota a gota
bajo el resplandor de la tormenta.
Sin decir palabra
pensaron lo mismo,
en la ausencia propia
y en la injusta soledad
que condenaba al otro.
Decidieron callarse,
en el mismo momento
en que la arena, el mar,
el cielo y ellos,
fueron un mismo gris,
tan gris, que los años
pesaron dos muertes.
P.S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario