sábado, 7 de marzo de 2015

SOMBRA EN VERDE

En el verano frutal de los duraznos
un beso se hizo flor de tardecita
cuando pensaban que ya era árbol seco
el amor mostró su pétalo de vida.

Lo creyeron solo, sombra en el recuerdo,
hamaca de la siesta con los niños
pero el polen trashumante de los vientos
reverdeció la savia entredormida.

Después de desplegar sus largos brazos
con sus años de sombras y silbidos
ya todos lo creyeron derrotado,
como dando por muerto lo dormido.

Aquel que fuera jaula libertaria
casa de pájaros, querencia de retoños
nos viene a llenar de primavera
cuando empezaba a vivir su propio otoño.

Hoy muestra un rojo sangre entre sus hojas
como un grito que viene de la tierra:
En ésta casa no se muere nadie!
mucho menos la sombra de la siesta.


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